Las personas diagnosticadas con apnea obstructiva del sueño (AOS) tienen al menos cinco pausas respiratorias por hora y pueden tener muchas más. Durante estas pausas respiratorias, el cerebro, el corazón, los riñones y otros órganos esenciales no reciben suficiente oxígeno y el dióxido de carbono puede acumularse en su cuerpo. Cuando el cerebro se da cuenta que no hay suficiente oxígeno y hay demasiado dióxido de carbono en el cuerpo, envía una señal para respirar, generando que se despierte para respirar unas cuantas veces, pero no lo suficiente para recordarlo a la mañana siguiente. Este ciclo se repite muchas veces cada noche, haciendo que se sienta cansado o agotado por la mañana.
Por lo general, la obstrucción es causada por los músculos de la lengua, el paladar blando o partes de la garganta que se relajan demasiado durante el sueño y bloquean las vías respiratorias. Una forma menos común de apnea del sueño, llamada apnea central del sueño ocurre cuando el área del cerebro que controla la respiración no envía las señales correctas a los músculos que le ayudan a respirar.
Si tiene AOS, la persona que duerme con usted puede notar que ronca fuerte, resopla o hace un sonido de ahogo cuando vuelve a respirar después de una pausa respiratoria. Estos síntomas pueden ocurrir con menos frecuencia o pasar desapercibidos en mujeres con AOS. Otros síntomas incluyen:
- Más somnolencia durante el día de lo habitual.
- Despertar con la garganta seca o dolor de cabeza.
- Despertarse con frecuencia durante la noche.
- Dificultad para concentrarse o cambios de humor durante el día.
El diagnóstico de un trastorno del sueño como la AOS requiere un estudio del sueño realizado en un laboratorio del sueño o en casa. El diagnóstico determinará si el AOS es leve, moderada o grave, en función del número promedio de veces que deja de respirar cada hora mientras duerme.
Existen tratamientos para la AOS que funcionan bien. Recibir tratamiento para la AOS es clave porque la AOS no solo afecta al sueño, sino que aumenta el riesgo de problemas de salud graves e incluso la muerte. Esto puede aumentar el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, un derrame cerebral, diabetes tipo 2, glaucoma y algunos tipos de cáncer, además de otras afecciones graves de salud. Los cambios en el estilo de vida, como perder peso, beber menos alcohol, dejar de fumar y usar dispositivos que le ayuden a dormir en una posición determinada, pueden ayudar a mejorar la AOS, pero no hacerla desparecer por completo. Tomar ciertos medicamentos, como sedantes o somníferos, que reducen o disminuyen la respiración, también puede contribuir al tratamiento. El tratamiento más común de la AOS es el uso de una máquina de presión positiva continua en las vías respiratorias, comúnmente conocida como máquina CPAP, todas las noches durante la hora de dormir.
Fuente: Administración de Drogas y Medicamentos de los Estados Unidos. Artículos en Español. www.fda.gov07/12/2021
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