Se han descrito las secuelas post-agudas de la infección por el coronavirus 2 (SARS-CoV-2) del síndrome respiratorio agudo severo -también denominado COVID prolongado-, pero no está claro si la infección irruptiva por SARS-CoV-2 en personas vacunadas da lugar a secuelas post-agudas.
Una infección irruptiva ocurre cuando alguien que está completamente vacunado (14 días después de la última dosis de la vacuna) da positivo por el virus. Las personas que contraen el COVID-19 dentro de estos 14 días no se clasifican como casos de infección irruptiva, ya que dentro de este período el cuerpo aún no ha desarrollado una protección completa ante el virus.
En un estudio realizado por Al-Aly, Z; Bowe, B y Xie, Y, se utilizaron las bases de datos nacionales de la US Department of Veterans Affairs para construir una cohorte de 33.940 individuos con infección irruptiva de SARS-CoV-2 y varios controles de personas sin evidencia de infección por SARS-CoV-2, incluyendo controles contemporáneos (n = 4.983.491), históricos (n = 5.785.273) y vacunados (n = 2.566.369). A los 6 meses de la infección, se mostró que, más allá de los primeros 30 días de la enfermedad, en comparación con los controles contemporáneos, las personas con infección irruptiva de SARS-CoV-2 presentaban un mayor riesgo de muerte (cociente de riesgos [CRI] = 1,75; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,59, 1,93) y de secuelas post-agudas incidentes (CRI = 1,50; IC del 95%: 1,46, 1,54), incluyendo trastornos cardiovasculares, de coagulación y hematológicos, gastrointestinales, renales, de salud mental, metabólicos, musculoesqueléticos y neurológicos. Los resultados fueron consistentes en las comparaciones frente a los controles históricos y vacunados. En comparación con las personas infectadas por el SARS-CoV-2 que no habían sido vacunadas previamente (n = 113.474), las personas con infección irruptiva de SARS-CoV-2 mostraron un menor riesgo de muerte (HR = 0,66, IC del 95%: 0,58, 0,74) y de secuelas post-agudas incidentes (HR = 0,85, IC del 95%: 0,82, 0,89).
En conjunto, los resultados sugieren que la vacunación antes de la infección sólo confiere una protección parcial en la fase post-aguda de la enfermedad; por lo tanto, confiar en ella como única estrategia de mitigación puede no reducir de forma óptima las consecuencias para la salud a largo plazo de la infección por SARS-CoV-2. Los resultados subrayan la necesidad de seguir optimizando las estrategias de prevención primaria de la infección irruptiva de SARS-CoV-2 y orientarán el desarrollo de vías de atención post-aguda para las personas con dicha infección.
Referencia:
Al-Aly, Z., Bowe, B. & Xie, Y. Long COVID after breakthrough SARS-CoV-2 infection. Nat Med (2022). https://doi.org/10.1038/s41591-022-01840-0
DOI: 10.1038/s41591-022-01840-0
Link: https://www.nature.com/articles/s41591-022-01840-0
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