La infección por VIH-1 sigue siendo un problema de salud pública sin cura. La terapia antirretroviral (TAR) es eficaz, pero requiere la administración de fármacos de por vida debido a un reservorio estable de provirus latentes integrados en el genoma de las células T CD 4+. En consecuencia, cuando se interrumpe el TAR, en la mayoría de las personas se produce un rebote viral en un plazo de cuatro semanas. Hasta ahora, los intentos de alterar el reservorio viral latente e inducir la remisión del VIH-1 sin TAR en humanos han tenido un éxito limitado.
Sin embargo, los estudios en ratones y primates humanizados han demostrado que la administración de anticuerpos monoclonales puede suprimir la infección por el VIH-1 o el virus de la inmunodeficiencia humana en simios (SHIV) durante varios años después de que finaliza la terapia, lo que sugiere que los anticuerpos podrían tener un papel en las terapias destinadas a alcanzar la remisión del VIH-1. Los anticuerpos pueden hacerlo porque pueden neutralizar directamente al patógeno, tienen el potencial de eliminar el virus y las células infectadas y producir complejos inmunitarios que pueden mejorar la inmunidad adaptativa. La inmunoterapia con anticuerpos anti-VIH-1 tiene el potencial de suprimir la infección y aumentar la tasa de eliminación de las células infectadas.
Se llevó a cabo un estudio clínico en el que personas que viven con VIH recibieron siete dosis de una combinación de dos anticuerpos ampliamente neutralizantes durante 20 semanas en presencia o ausencia de TAR. El 76 % de los voluntarios mantuvo la supresión virológica durante al menos 20 semanas sin TAR. Los análisis de sensibilidad a posteriori no fueron predictivos del tiempo de rebote viral. Los individuos en los que el virus permaneció suprimido durante más de 20 semanas mostraron viremia de rebote después de que uno de los anticuerpos alcanzara concentraciones séricas bajas. Dos de los individuos que recibieron las siete dosis de anticuerpos mantuvieron la supresión después de un año.
Estos datos sugieren que los anticuerpos anti-VIH-1 pueden mantener la supresión y pueden acelerar la tasa de descomposición del reservorio. Las terapias con anticuerpos podrían alterar la dinámica del reservorio al limitar la expansión clonal al dirigirse a las células en división que expresan proteínas virales directamente o al mejorar la inmunidad de las células T. Si estos mecanismos son responsables de los cambios en el reservorio mediados por anticuerpos, también podrían ocurrir bajo la terapia ART. Se requerirán estudios más amplios de mayor duración para determinar la vida media precisa del reservorio intacto durante la terapia con anticuerpos y si la adición de anticuerpos al TAR estándar afectará la vida media del reservorio y contribuirá a las estrategias dirigidas a la remisión a largo plazo del VIH-1 para estudiar la seguridad, la tolerabilidad y la actividad antiviral de la combinación de dos anticuerpos anti-VIH-1 amplios y potentes, en presencia o ausencia de TAR.
Referencia del estudio:
Gaebler, C., Nogueira, L., Stoffel, E. et al. Prolonged viral suppression with anti-HIV-1 antibody therapy. Nature (2022). https://doi.org/10.1038/s41586-022-04597-1
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