En 2020, unos 23 millones de niños no recibieron las pautas de vacunación básicas, la cifra más alta desde 2009. Dos agencias de la ONU advierten que actualmente se dan las condiciones perfectas para la aparición de brotes de enfermedades prevenibles.

Al 1° de abril todavía siguen aplazadas 57 campañas de vacunación contra enfermedades prevenibles que estaban previstas desde el inicio de la pandemia. Esta situación afecta a unos 203 millones de personas, la mayoría de ellos niños.

Entre las operaciones aplazadas, 19 corresponden a campañas contra el sarampión, lo que deja a 73 millones de niños en peligro de contraer la enfermedad ya que no pueden vacunarse.
A modo de ejemplo, la campaña ucraniana de vacunación del sarampión de 2019 se interrumpió por la pandemia de COVID-19 y, posteriormente, debido a la guerra.

Las campañas de rutina y de recuperación son necesarias siempre que sea posible el acceso para ayudar a garantizar que no se repitan brotes como los sucedidos entre 2017 y 2019, cuando hubo más de 115.000 casos de sarampión y 41 muertes en el país, lo que supuso la mayor incidencia de Europa.

Las dos agencias recuerdan que una cobertura equivalente o superior al 95% con dos dosis de la vacuna puede proteger a los niños contra esta enfermedad.

La pandemia de COVID-19 ha interrumpido los servicios de inmunización, los sistemas de salud se han visto desbordados y ahora asistimos a un rebrote de enfermedades mortales como el sarampión. En el caso de muchas otras enfermedades, las repercusiones de estas interrupciones de los servicios de inmunización se dejarán sentir durante décadas, dijo el director general de la Organización Mundial de la Salud.
El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, destacó que «ha llegado el momento de retomar” la vacunación esencial y lanzar campañas de reactivación “para que todas las personas puedan acceder a estas vacunas vitales.»

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