El suicidio es un grave problema mundial que provoca cerca de 800.000 muertes al año. Solo en los Estados Unidos, las tasas de suicidio aumentaron en más del 35 % en los últimos 20 años, y el año pasado, más de 48.000 estadounidenses murieron por suicidio, lo que la convierte en la décima causa principal de muerte. Muchas personas no revelan intenciones suicidas a pesar del contacto frecuente con profesionales de la salud. Se estima que el 30 % de los pacientes que consuman el suicidio, visitan a un proveedor de atención médica dentro del mes de su muerte. También se produce un aumento importante de los suicidios en los días o semanas posteriores al alta de los hospitales psiquiátricos.
El trastorno depresivo mayor (TDM) es el diagnóstico psiquiátrico más común entre los suicidas, aunque aún no se han identificado los determinantes biológicos subyacentes.
Un estudio realizado por Mamdani F y colaboradores publicado el 14 de abril de 2022, tuvo como objetivo identificar cambios en la expresión génica asociada al suicidio y así poder proporcionar información preliminar para el desarrollo de una firma de biomarcadores sanguíneos que pueda usarse para identificar a pacientes con TDM con alto riesgo de suicidio.
Se analizaron muestras de sangre y de cerebro de 45 sujetos (53 muestras de sangre y 69 muestras de la corteza prefrontal dorsolateral (CPFDL) en total). Se estudió la expresión génica en pacientes con TDM que murieron por suicidio (TDM-S, N = 24 cerebro, 19 sangre), en pacientes con TDM que murieron por otras causas (TDM-NS, N = 24 cerebro, 18 sangre) y en controles no psiquiátricos (C, N = 21 cerebro, 16 sangre) mediante ARN y la plataforma NanoString. En sangre, identificaron 14 genes que se diferenciaban significativamente entre los pacientes TDM-S versus TDM-NS. Los seis genes principales expresados diferencialmente en la sangre fueron: PER3, MTPAP, SLC25A26, CD19, SOX9 y GAR1. Además, cuatro genes mostraron cambios significativos en el cerebro y sangre entre los pacientes TDM-S y TDM-NS; SOX9 disminuyó y PER3 aumentó en TDM-S en ambos tejidos, mientras que CD19 y TERF1 aumentaron en sangre pero disminuyeron en CPFDL.
Hasta donde se sabe, este es el primer estudio que analiza muestras de sangre y cerebro coincidentes en una población bien definida con TDM que demuestra diferencias significativas en la expresión génica asociada con el suicidio consumado. Estos resultados sugieren fuertemente que la expresión de genes en la sangre es muy informativa para comprender los cambios moleculares en el suicidio. El desarrollo de una firma de biomarcadores de suicidio en la sangre podría ayudar a los profesionales de la salud a identificar sujetos con alto riesgo de suicidio.
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https://www.nature.com/articles/s41398-022-01918-w
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