La resistencia a los antimicrobianos (RAM) representa una grave amenaza mundial para la salud de los seres humanos y los animales, y muchos informes predicen que la RAM será una de las principales causas de muerte en todo el mundo para 2050.

Dado que la resistencia a los antibióticos está codificada en el microbioma, las intervenciones destinadas a alterar la composición taxonómica del intestino podrían permitir diseñar profilácticamente microbiomas que alberguen menos genes resistentes a los antibióticos (GRAs). La dieta es un método poderoso para dar forma al microbioma intestinal humano y puede ser un método manejable para disminuir la resistencia a los antibióticos, pero, sin embargo, se sabe poco sobre la relación entre la dieta y la RAM.

Para abordar esta brecha de conocimiento, un estudio reciente examinó la dieta utilizando el cuestionario de frecuencia de alimentos (FFQ; habitual diet) y la herramienta de evaluación dietética automática autoadministrada de 24 horas (Automated Self-Administrated 24-h [ASA24®]) junto con análisis de microbioma utilizando la secuenciación de metagenoma de escopeta en 290 participantes adultos sanos del estudio de fenotipado nutricional del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por su sigla en inglés).

Los resultados mostraron que los aminoglucósidos eran el mecanismo más abundante y prevalente de la RAM en estos adultos sanos y que los aminoglucósidos-O-fosfotransferasas (aph3-dprime) se correlacionaban negativamente con el total de calorías y la ingesta de fibra soluble. En esta línea, los individuos en el cuartil más bajo de GRA (GRA bajo) consumieron significativamente más fibras en sus dietas que los individuos con GRA medio y alto, lo que fue concomitante con una mayor abundancia de anaerobios obligados, especialmente de la familia Clostridiaceae, en su microbiota intestinal. Finalmente, se aplicó aprendizaje automático para examinar 387 características dietéticas, fisiológicas y de estilo de vida en busca de asociaciones con la resistencia a los antimicrobianos, y se observó que una mayor diversidad filogenética de la dieta se asocia con individuos con bajo RAM.

En base a los resultados, los autores concluyeron que los individuos que consumían dietas diversas ricas en fibra y bajas en proteínas animales tenían menos genes de resistencia a los antibióticos. Por lo tanto, las intervenciones dietéticas podrían ser útiles para disminuir la carga de la resistencia a los antimicrobianos y, en última instancia, reducir el impacto de las enfermedades infecciosas.

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https://journals.asm.org/doi/epub/10.1128/mbio.00101-22